poemas

a la memoria desgraciada del joven literato

José Zorrilla

ahí mismo

Claudio Rodríguez

anábasis

Saint-John Perse

antepasados

Juan Carlos Mestre

autobiografía

José Agustín Goytisolo

besos

Gabriela Mistral

cadáver ínfimo 

Ángel González

caigo sobre unas manos 

Antonio Gamoneda

canción de Pascua 

José Mateos

cantar de los cantares

Salomón (Versión de Guido Ceronetti. Traducción de Claudio Gancho. El acantilado, 2001)

cántico espiritual

San Juan de la Cruz

carta a Jorge B. Moore en defensa del anonimato 

José Emilio Pacheco

ciudad

Álvaro Mutis

ciudad sin sueño

Federico García Lorca

clases de piano

Adam Zagajewsky

como tú

León Felipe

contra Jaime Gil de Biedma 

Jaime Gil de Biedma

contraportada

Pedro Antonio González Moreno

considerando en frío, imparcialmente

César Vallejo

convesación con una piedra

Wislawa Szymborska

coplas a la muerte de su padre

Jorge Manrique

cuatro cuartetos

Thomas S. Eliot

donde habite el olvido       

Luis Cernuda

el arquero

Eduardo Galeano

el Bosco

Rafael Alberti

el ciprés de Silos

Gerardo Diego

el cuervo

Edgar Allan Poe

el descampado

Luis Felipe Vivanco

el himno

Vicente Gallego

el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, capítulo I      

don Miguel de Cervantes Saavedra

elegía (el rayo que no cesa)

Miguel Hernández Gilabert

estudiante. Es tu día nte

Agustín de Andrés Ferrero

esta noche me duele        

Agustín de Andrés Ferrero

esta noche me duele (Reedición)        

Agustín de Andrés Ferrero

he lleado a mi cuarto, igual que siempre        

Luis Rosales

la princesa está triste        

Rubén Darío

libre te quiero        

Agustín García Calvo

los adioses        

Pedro Salinas

los adioses (Reedición)        

Pablo Salinas

los amorosos        

Jaime Sabines

los dos mundos        

León Felipe

los placeres prohibidos

Luis Cernuda

mano entregada        

Vicente Aleixandre

me basta así        

Ángel González

medea        

Eurípides

memoria de la lumbre        

Agustín de Andrés Ferrero

mi infancia

Antonio Machado

misántropo, ma non troppo

Juan Antonio González Iglesias

misericordia

Benito Pérez Galdós

Moby Dick – la sinfonía

Herman Melville

no volveré a ser joven

Jaime Gil de Biedma

oda al vino

Pablo Neruda

odisea. Rapsodia primera

Nikos Kazantzakis

otras canciones a Guiomar

Antonio Machado

palabras para algo más que un dolor

Luis Rosales

palabras para Julia

José Agustín Goytisolo

para que yo me llame Ángel González

Ángel González

porque todo es igual y tú lo sabes

Luis Rosales

picasso        

León Felipe

policronías

Julio Cortázar

puedo escribir los versos más tristes esta noche

Pablo Neruda

qué lástima (autorretrato)

León Felipe

romance del Duero

Gerardo Diego

se querían

Vicente Aleixandre

Segismundo

Pedro Calderón de la Barca

sepulcro en Tarquinia

Antonio Colinas

si me quisieras conocer

Noémia de Sousa

soneto XXIII

Garcilaso de la Vega

teoría, salvación en el lenguaje

Jesús Hilario Tundidor

todas las cartas de amor son ridículas

Fernando Pessoa

tíbulos

Mario Benedetti

una mujer desnuda y en lo oscuro

Mario Benedetti

última noción de Laura

Mario Benedetti

variación decimocuarta

Álvaro Pombo

variación decimosexta

Álvaro Pombo

vengo de olvidarte

Belén Reyes

versículo del Génesis

Jose Manuel Caballero Bonald

vivir lesbia

Catulo

yo vengo de una raza de pastores

Julio Llamazares

XX (Cantar al vino)

Abu Nuwás (Traducción de Jaume Ferrer Carmona y Anna Gil Bardají. Cátedra, 2010)

1972

Jorge Luis Borges

Poéticos días (introducciones poéticas de Agustín de Andrés Ferrero)

abro la voz de este día cuando enero vuelve, sobre su montura, al principio del frío.

al filo de los alrededores

al otro lado del camino, un hombre un hombre lleva el cayado de Moisés

allí donde se apagan los cofres vacíos

ando apostando contra el viento

añade en su soplo un aliento de buey a los diapasones de la noche incierta.

aula vacía

Auschwitz, Treblinka, Dachau, Sobibor, Belzec, Gulag…

bajaba la avenida de Sarrià

cada día es un esqueleto de luz

cierro la voz de este día

Chopin cruzó el nocturno negro de tus ojos

dedicado a todos los hombres y a todas las mujeres de buena “balontad”

de la tierra doliente surge una voz que profana las tumbas del tiempo para ser de nuevo flor, jara, abeja, manantial.

de las voces antiguas de otro tiempo surgió la profecía ¡Feliz Navidad!

duerme el paisaje sobre esa callada luz de los otoños. 

E quattro anni penatovi, lo lasciò imperfetto.

el árbol alimenta la llama. Da luz y destino al hombre, y origen al mundo

el corazón es ese lugar en el que acostumbramos a hacer lumbre para
alumbrar la vida

el día es la ofrenda de luz a un dios que construye los reinos y comparte su plegaria

el escriba pervive contra todos

el monasterio de Santo Domingo de Silos se llamó San Sebastián de Silos

el otoño es un reloj

el poeta recoge del suelo la máscara del emperador

el tiempo huele a tiempo y a silencio

el vestido y no el zapato

en aquellos meses

en el abertal de Siracusa

en la casa donde viví

En la casa donde viví. Reedición

en las ciudades del alba

en los charcos que quedan

entonces, dijo Él: haya luz y hubo luz

entretanto, el aire y el ingenio coincidieron en el vuelo.

está mañana incierta, a la altura de marzo. Reedición. Frédéric Chopin

este que va temprano a solas

Felipe Camino Galicia de la Rosa

habrá tiempo de darle al tiempo el tiempo que perdimos en perderlo

hay notas musicales que se van del pentagrama

he llegado al principio de tus ojos líquidos

hoy seis de Agosto, los calendarios inventan la dimensión aritmética de los días transcurridos

hubo un tiempo en que la nieve arrastraba los fantasmas

Jasón, pastor de pueblos, cubierto con piel de pantera, vive en las montañas

la ceguera, la pobreza y la ingratitud oscurecieron su vida al final de la vida

la flor de la jara se volvió negra y ardió como la leña, y se vistió el monte de dolor y de tristeza

la lluvia cae contra los volcanes apagados

la pasión descendió de sus manos, y de ellas salió, en la inmediatez de la belleza, una estatua de mujer

las aguas nacen del curvo útero del río. Santa Marta de Tera.

las viñas tienen la edad de los niños y de las lápidas

leva tres vueltas al mundo

los besos nadan como peces ciegos

llamadlo por su nombre de madera

llegamos en mitad de la noche, la puerta está cerrada, y un cuervo gótico espera. Solo eso y nada más. Reedición. Edgar Allan Poe.

mañana, abriré la puerta

mientras llueve tiene los ojos de estatua

Miguel Hernández Gilabert, pastor de lunas y de rayos incesantes

Moby Dick

natura dio cuerda a los ríos para que tantearan la tierra y entendieran el mundo

poco antes de detenerse

¡Qué lástima que no pudiera cantar a la usanza de su tiempo lo mismo que otros poetas cantaban!

quiera Dios no sea el diablo ese tremendo, espantoso, espantajo, espectro de los cuervos

salgo y entro de este cuerpo

sarmiento, cepa, vid, vida, viduño, viñedo, parra, bacillar, majuelo. Reedición.

se olvidó de cerrar la puerta

si después de un epíteto en pleno equilibrio del lenguaje

su infancia son recuerdos de un patio de Sevilla y un huerto claro donde madura el limonero

supongamos una mano que señala la piedra de Jacob

tengo el dolor inmisericorde

todo aquel que guarde un invierno

Todo debió de empezar cuando el ciervo se refugió en las paredes de las cuevas.

un libro suprime

vagó por los caminos del lienzo

voy a quedarme en las esquinas insuaves

y acontece que la verdad pervive en silencio

Zorrilla, duelista y seductor, Juan Tenorio, Inesista conventor, loco, inconfeso, buen juez, mejor testigo.

CC BY-NC-ND 4.0